Un día y medio en coche por la estepa Kalmuka a una media de 20 km/h y 3 horas más a pie entre altísimos juncos que esconden vacas, pantanos, barro, nidos de aves y culebras, para descubrir que el punto donde se cruzan el paralelo 45º25' N y el meridiano 45º25' E ¡está en una gran charca de agua! en la que nada feliz un grupo de patos.
Durante el viaje de vuelta, la aparición de un águila real que extiende sus enormes alas a muy pocos metros de nosotros y el reencuentro con un pastor tártaro que nos invita a dormir en su casa, apaciguan algo la sensación de fracaso.
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