domingo, 11 de septiembre de 2011

MERIDIANO 62


No creo tener las cualidades emocionales y mentales que se requieren para ser un teórico o un científico. Estos papeles simplemente no se adaptan a mis inclinaciones. Me gusta disfrutar el ruido que produce el permitirme ciertas licencias artísticas como la de ser un pintor en una sociedad altamente tecnificada. Un pintor interesado en lo que ocurre al interior de una pantalla de computador. Sin duda, actualizando la experiencia de conjurar realidades alternativas. Al respecto, no discuto que el trabajo más difícil para cualquier artista siempre será el seleccionar la forma correcta para la imagen correcta. Porque algunas funcionan mejor en teoría de lo que resulta, ya que el espectador busca -por decirlo de alguna manera- una demostración que no implique hundirse en el mundo propio del artista. El asunto en cuestión es nunca descartar cómo la letra chica de la comparecencia de obra siempre será algo difícil de leer.

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