jueves, 22 de septiembre de 2011

MERIDIANO 51


Del mismo modo, la anglozajonización de Loyola Records o Fuckin’Marcianos enfunda cierta irreverencia ante el mote chovinista de ser “los ingleses de Latinoamérica” y la manía de hablar ciertas palabras en lenguas foráneas para sostener la presencia de los apellidos y sentirnos Primer Mundo. Fortalecer el efecto-firma como la costumbre de realizadores y actores de los spaghetti westerns de ocultar sus apellidos tras seudónimos anglosajones, para dar cuenta de la intemperancia retórica de ser leído en un idioma que no es el propio. Si bien nombrarse Loyola Records no representa nada nuevo ni mejor al respecto, enfunde cierta irreverencia intertextual que va pareja a las gringuerías utilizadas por los cantantes de la Nueva Ola chilena, que junto con grabar en inglés, se bautizaban artísticamente con alias anglos. Este derroche de anglozajonizarlo todo alimentará el concepto de neopompier.

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