Una noche, enfrascado en dialécticas modernas como público vs. privado, individual vs. colectivo, arte urbano vs. "zafarrancho visual"; el tema principal que nos convoca gira en torno a los mecanismos de negociación entre los diferentes actores de un espacio público en constante pugna. Entre ellos, graffiteros o street artists reclamando derechos de "libertad" y resistencia a un poder no identificado.
Recuerdo un lugar en NY donde se llegó a un acuerdo con la administración pública y cómo el sitio fue convirtiéndose en un atractivo muy visitado y casi turístico. ¡Sí, con toda la mierda que es el turismo! Al paso de algunos años y con las latas de pintura ya vacías, el lugar volvió a privatizarse, dejando sin techo a cientos de artistas que ocupaban el lugar con sus talleres y pequeñas galerías.
Recuerdo un lugar en NY donde se llegó a un acuerdo con la administración pública y cómo el sitio fue convirtiéndose en un atractivo muy visitado y casi turístico. ¡Sí, con toda la mierda que es el turismo! Al paso de algunos años y con las latas de pintura ya vacías, el lugar volvió a privatizarse, dejando sin techo a cientos de artistas que ocupaban el lugar con sus talleres y pequeñas galerías.
Tanta polución y dominio de lo visual me devuelve a un pasaje de Enrique Symns tras muchos de sus viajes lisérgicos:
"Un indio cagando en posición casi zen en medio de la selva paraguaya es una pintura vital que ningún cuadro de Van Gogh podría siquiera emular. Sé que un cuadro no existe cuando veo pasar a un gato frente a una pintura de Picasso sin prestarle la menor atención. No hay nada dentro del libro Crimen y Castigo que pueda siquiera compararse con los pasos de un asesino caminando hacia su víctima.
Una tortuga nadando por las islas Galápagos sabe tanto del universo como un filósofo transitando sus reflexiones"
"Un indio cagando en posición casi zen en medio de la selva paraguaya es una pintura vital que ningún cuadro de Van Gogh podría siquiera emular. Sé que un cuadro no existe cuando veo pasar a un gato frente a una pintura de Picasso sin prestarle la menor atención. No hay nada dentro del libro Crimen y Castigo que pueda siquiera compararse con los pasos de un asesino caminando hacia su víctima.
Una tortuga nadando por las islas Galápagos sabe tanto del universo como un filósofo transitando sus reflexiones"
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