viernes, 18 de noviembre de 2011

hablando de trajes, me he puesto uno de hace veinticinco años y me queda incluso grande. Con una tela suave y maravillosa, chaleco a lo Pedro J. y pantalón con dobladillo. A ese look he añadido una camisa violeta con cuello y puños blancos por dentro. Pensé que no serían mal pose a lo dandy en días tan raros. Lo malo es que la chaqueta es larga como un serón. Recordé "Las galas del difundo". Mal fario. Este traje también puede pasar, más tarde que pronto, por el bautismo aceitoso. Todo se andará.

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