jueves, 1 de diciembre de 2011

DEL COMO LO QUE MIRO NUNCA ES LO QUE VEO


una de esas noches, entre birras y después de unos camarones en calle larga, junto a domingo sánchez blanco, cristóbal zapata, carlos vásconez y patricio palomeque me preguntaron el estado de las cosas artísticas en chile. reconozco que cada vez que hablo sobre chile, termino como maníaco depresivo. no puedo eludir la paradoja propia del contexto de las artes visuales chileno: ser un lugar de contenedores sin contenido. el país símbolo del neoliberalismo en la región, conocido por el talibanismo de su circuito artístico y su desafortunada nómina de caídos por fuego amigo. nos reímos mucho. porque en chile aún no se dan cuenta que los mejores artistas visuales del siglo pasado son poetas y fueron ellos quienes incorporan la modernidad del cortar y pegar y la episteme de mandar a la mierda las jerarquías artísticas. hablamos, a propósito, algo del celan de meridiano, donde le da vueltas a la tensión puñetera entre poesía y arte. también del benjamín de las arcadas, aunque reconozco que lo saqué a colación en la conversación porque siempre he estado más interesado su tratamiento inconcluso de la forma que los vericuetos de los contenidos que desarrolla. me gustaría haber tenido a la mano el que considero uno de los mejores artículos sobre barroco publicados por acá, escrito por el historiador alfredo jocelyn-holt. cito: "otra debilidad del argumento es que en chile, no así en otros lugares de hispanoamérica, el barroco no dejó una gran huella. la distancia geográfica y la pobreza del territorio impidieron una recepción fluida y una base de sustento para que éste cundiera. la densidad cultural de chile, comparada con la de otros centros, es bajísima durante la época en que se supone que debió imponerse. (...) visto así, el barroco en chile es, quizá, una mera expresión del gusto por el barroco una vez que los coleccionistas pudieron solventar económicamente su costo e importarlo, es decir, ahora." El playlist de poetas que, en realidad o también son los mejores artistas visuales chilenos del siglo veinte, a continuación: el cabrón de huidobro, los cachonderos mandrágora y los quebrantahuesos a la vena. los bonus: las carreras solistas de parra (antipoesía y artefactos), jorodowsky (etapa pánico) y lihn (gerardo de pompier, batman en chile y homenaje a tarzán), además todo lo de juan luis martínez (la nueva novela) y rodrigo lira (imperdible cuando concursa en la televisión o corrige la obra de lihn).

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